jueves, 20 de septiembre de 2012

Poesía/ Michel Houellebecq

La claridad parece peligrosa
y las mujeres raras veces necesitan
sentirse satisfechas de su sexo, 
evidentemente.

La ventaja de tener órganos sexuales internos,
la leo con claridad en tu mirada
por lo demás casi inocente.

Tú aguardas o provocas,
pero en el fondo esperas siempre
una especie de homenaje
que podrá serte rendido o negado.

Y tu única posibilidad, a fin de cuentas, es esperar.

Por esa razón, yo te admiro enormemente.

Al mismo tiempo eres débil y sumisa,
sabes que una cantidad excesiva de sudor disminuirá el deseo
que sólo yo puedo darte
puesto que no quieres a ningún otro,
y tienes necesidad de ese deseo.

Por esa razón, también, te admiro enormemente.

Al mismo tiempo tienes esa fuerza terrible
de aquellos que tienen el poder de decir que sí o que no.

Esa fuerza te ha sido dada
muchos pueden buscarte, sólo algunos te pueden encontrar
tu mirada es la llave que abre diferentes posibilidades de existencia y distintas formas de estructurar el mundo.

Tú eres la llave que la vida sólo ofrece a unos cuantos por otra parte
a tu contacto me vuelvo progresivamente mejor
y admiro de igual modo tu fuerza.

Estoy en tu presencia
como ante otro mundo
no obstante llego al fondo de ti
me detengo, escucho los segundos
y hay allí otro mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario