lunes, 21 de noviembre de 2011

Han acordonado mi calle como metáfora de la vida, ahora hay dos vallas a cada lado de mi portal. Ayer se cayó una cornisa afortunadamente justo después, hacia quince minutos, que acababa de pasar el último transeúnte que no formará parte de la cruel estadística de los que murieron por que les cayó una maceta encima ...la calle cortada es un respiro para los vecinos, por todos los perros que estos días tampoco pasaran... tampoco pasarán sus dueños, mejor.

Mi calle cortada justo en la entrada de mi casa.. vulnero la barrera y sólo paso yo... nadie más... la casa convertida en el último refugio antes del bombardeo de cascotes. 

Refugiada de la lluvia, agujas finas que te adormecen la piel para no sentir otras urgencias igualmente cotidianas ... la casa reubicada en el espacio por dos vallas azules del Ayuntamiento, que marcan el trocito de territorio en el que he instalado mi refugio.

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